Enrique Dans habla de lo que estuvimos probando hace un par de semanas en CISCO en Silicon Valley. Completamente de acuerdo en que pierdes la sensación de estar hablando con una máquina.
La sensación es prácticamente igual a la de una reunión presencial. Tengo muy poca experiencia en teleconferencias, pero desde luego, esto no se parecía en nada a aquellas en las que había participado anteriormente: una mesa ovalada, con unos seis puestos en el lado “presencial”, y tres pantallas descomunales de 1080 p. en el lado “remoto”, montadas de tal manera que se ve un pedacito de lo que sería la continuación de la mesa “en tu lado”, y el resto del ancho de la mesa que continúa “al otro lado”, proporcionando una sensación perfectamente natural. Las pantallas ofrecen una imagen de tamaño natural de las personas al otro lado, que pueden moverse por la habitación y cambiar de una a otra pantalla sin ningún tipo de salto
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